Julio César Camacho: la radio debe
tener una función social
Para Julio César Camacho, uno de los
periodistas que ha participado en el cambio que ha vivido la radio en los
últimos años, considera que este medio debe tener una función social y no puede
conformarse con entretener al público, sino que además debe informar y educar.
Por esta razón Camacho le quitaría a la
radio la chabacanería que impera aún en muchas emisoras, que solamente se
limitan a "moler música contribuyendo a la ignorancia de la gente".
Para Camacho, la excusa de que se debe dar al público lo que pida no es válida
y, afirma, "con ese concepto no se hace progresar un país".
Señala que la radio, antes de aparecer
la televisión, era más competitiva y de mejor calidad pero que luego perdió el
lugar que se había ganado y se conformó con ser relegada. Sin embargo, en los
años 90 la radio comenzó a cambiar y "la gente volvió a la radio porque la
radio volvió a ellos".
Aunque reconoce que sí ha habido
cambios en la forma de hacer radio, afirma que nuestra sociedad necesita una
radio de mejor calidad que responda a las necesidad que tiene la gente de estar
informada y de conocer lo que sucede a su alrededor
Miriam
Freilich: "La radio es el medio más caliente"
Miriam Freilich, periodista de
reconocida trayectoria tanto en prensa como en radio, acaba de soplar siete
velas a su programa radial "Cara a cara", transmitido por Radio
Capital. Cuando le pedimos que nos hiciera un recuento de la radio desde los 60
hasta nuestros días, confiesa que comenzó realmente a escuchar radio hace ocho
años. "En los sesenta, cuando era pequeña, escuchaba las radionovelas,
pero luego de ese período la radio decayó mucho, se convirtió en una rockola,
quizás debido al auge que tuvo la televisión".
Hoy en día considera a la radio como el
"medio más caliente", por su inmediatez, porque está en todas partes,
"es casi como Dios, con el perdón de los religiosos". "La radio
ha despertado de su letargo, y el público se ha dado cuenta de ello, puesto que
el apoyo hacia este medio ha ido creciendo".
Para Freilich, la radio tiene muchísimo
futuro, y las innovaciones tecnológicas contribuyen en gran medida a que este
futuro sea exitoso. "Pero esta tecnología sirve sólo para aquellas
emisoras que se decidan a asumirla, sólo los rezagados la ven como algo
negativo. Es algo muy parecido a lo que ocurrió con el surgimiento de las
FM". Sin embargo, Freilich opina que también depende mucho de los
anunciantes y los publicistas, del apoyo que estos le den al medio.
Una sugerencia para la radio actual:
los directivos de las emisoras deberían ser mucho más estrictos en la selección
de los locutores y periodistas, amén de que las estaciones radiales deberían
actualizarse, sumarse a las exigencias de un público que reclama calidad.
Luis
Salazar: La radio actual deforma no informa
Opina que la radio internacionalizó
diferentes manifestaciones sin llegar a ser alienante. "La radio actual no
está cumpliendo como debería ser, ahora escuchas locutores gritando para llamar
la atención, no se respeta al oyente, muchos de ellos no tienen una verdadera
formación profesional".
Piensa que en sus inicios la radio era
más creativa porque había más placer hacia el trabajo. "Si bien es cierto
que la radio técnicamente se ha superado, ha bajado en calidad en otros
aspectos, los jóvenes tienen los tímpanos destruidos por eso escuchan música a
todo volumen". No le quitaría nada a la radio actual, la cambiaría:
"se ha perdido la habilidad para el uso de la palabra a nivel radiofónico,
para decir cosas que enseñen y no para hablar necedades".
Recalca que "las universidades
deben tener su propia emisora a través de la cual puedan difundir todo el
conocimiento universal bien trabajado y gratamente hecho, estimulando el estudio,
la lectura y así contrarrestar la mala educación que tenemos".
Porfirio Torres: cualquier miss
ostenta un título de locución
Porfirio Torres, durante muchos años
locutor de "Nuestro insólito universo", piensa que la radio en sus
inicios tenía mayor prestigio. Existía una investigación periódica del
Ministerio de Transporte y Comunicaciones que hacía un control del lenguaje, de
la programación, de las cuñas. Era una radio pionera, pero interesante y muy
sometida a cuestiones legales, el lenguaje debía ser el preciso , el castellano
ideal. Hoy día se observa la chabacanería, se pueden escuchar groserías, cosas
de doble sentido, en fin no hay respeto por el oyente.
Actualmente existe una radio
participativa pero adolece de producción y se ha convertido en una molienda de
discos y cuñas. Antes costaba mucho obtener el título de locutor porque se
exigía más, "ahora por cualquier torcida de pescuezo de una Miss el
Ministerio de Transporte y Comunicaciones le otorga el
título".
En las instituciones donde existen
cátedras de radio se debería enseñar el respeto por las leyes y las
regulaciones en la radiodifusión para de esta manera obtener una mayor calidad
en lo que a producción se refiere.
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